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jueves, 21 de abril de 2016

CASA DE LES PUNXES, UN CASTILLO DE CUENTO PARA TRES PRINCESAS

Próximamente se abrirá al público la llamada Casa de les Punxes (de las Puntas en español), obviamente denominada así popularmente por sus múltiples torreones como de castillo de cuentos.
Está muy cerca de nosotros, en el cruce entre la calle Bruc y la Avenida Diagonal.


Es un edificio que salta a la vista debido a su forma y rotundidad, ya que aparece en una isleta del entramado Cerdá, ocupándola toda entera, sin casas colindantes que le resten visibilidad.

Se ha comentado que a partir del mes de junio se podrá visitar un espacio dedicado a la leyenda de Sant Jordi con un  espectáculo audiovisual que presenta la leyenda de forma más "globalizada", quitándole elementos netamente catalanes porque está pensada para el público foráneo, con una estética más de "juegos de tronos" que del folclore catalán.
También se habilitará un espacio museístico dedicado a la obra de su arquitecto Josep Puig i Cadafalch.

Josep Puig i Cadafalch

Puig i Cadafalch además de arquitecto fue un intelectual y político catalanista de la época de la Renaixença catalana, a caballo entre los siglos XIX y XX. Sus convicciones políticas se plasman en sus obras y escritos.

La casa parece un castillo de cuento  de hadas y podríamos empezar su historia como uno de ellos:
Erase una vez tres hemanas, las hermanas Terradas, Ángela, Josefa y Rosa, hijas de Ángela Brutau Manent y de Bartomeu Terradas i Mont, que además de las tres nenas tuvieron un niño, Bartomeu Terradas junior que sería uno de los primeros jugadores y mecenas del FC Barcelona.

La cosa está que cuando el primer Bartomeu murió, su viuda, la señora Ángela, encargó a Puig i Cadafalch hacer tres casas, una para cada una de las hijas.

Fue entonces cuando el arquitecto diseñó estas tres casas como si fueran un solo castillo medieval, con esbeltos torreones, aunque con elementos diferenciadores para cada una de sus propietarias.


La finca en realidad son tres, con tres entradas desde la Diagonal, números 416, 418 y 420.
La entrada del número 420 está coronada por el mosaico de un ángel en todo su esplendor, esta era la casa de Ángela, la mayor de las hijas.


La casa de la hija pequeña, Rosa, número 416, tiene dos hermosos mosaicos llenos de rosas, uno con un gran jarrón  y otro con una figura femenina rodeada de estas flores.



La número 418 era la de la mediana, Josefa, y  se ve que le fue más difícil dar con elementos que combinaran con el nombre de la propietaria, por lo que se decidió por un reloj de sol en la entrada y un gran mosaico con Sant Jordi invicto, machacando al pobre dragón.



Ha sido este mosaico el que ha sido siempre objeto de polémica ya que Puig i Cadafalch, representa al Santo con la leyenda: “Sant Patró de Catalunya torneu-nos la llibertat” (Santo Patrón de Cataluña, devuélvenos la libertad) frase que conociendo las ideas del autor, pues eso, que como mínimo generaron y generan polémica en cuanto a interpretación. Años más tarde Alejandro Lerroux llegaría a decir: “Este edificio es un crimen contra la nación española". Cosa que como mínimo parece un tanto exagerada; no hace mucho se han visto y oído cosas peores por la tele y además, de muy mal gusto; en este caso al menos, el edificio es bellísimo.

Sant Jordi como liberador de Cataluña es un recurso expresivo que gustaba mucho a Puig i Cadafalch que lo colocaba en sus obras a la mínima que lo dejaran, al igual que muchos otros de los arquitectos catalanes de la época.

Casa Amatller, arquitecto: Puig i Cadafalch

Hospital de Sant Pau, arquitecto: Lluís Domenech i Montaner

Palau de la Música, arquitecto: Lluís Domenech i Montaner

Joya modernista, orfebre: Lluís Masriera


Con el tiempo, el edificio que fue alquilado por apartamentos y locales, llegó a manos de La Caixa que hizo una primera reforma en 2013 para devolverle su aspecto original, liberándolo de feos añadidos que habían ido apareciendo en la cubierta.
Hace unos años el grupo inmobiliario TEXNA compró todo el edificio a Colonial, la inmobiliaria de La Caixa y es quien ha promovido esta reconversión en espacio público generador de ingresos. Aún quedan antiguos inquilinos con contratos de larga duración por lo que no todo el edificio está destinado a visita. La intención es ir ampliando la superficie de exposición a medida que los contratos vayan venciendo o los inquilinos vayan pasando a mejor vida, claro.



De momento Sant Jordi victorioso desde el mosaico restaurado de la fachada, sigue matando al pobre dragón que pobrete, solo se comportaba como lo que era, un dragón. Seguramente hoy este santo sería catalogado de poco respetuoso con la biodiversidad. Por otra parte, debido a la cada vez más laica sociedad, hoy en día la catalanidad está más representada por el Barça que por Sant Jordi, pero eso ya es otra historia.